La Biblioteca Solidaria Misionera puesta en marcha en 2001 en Valencia ha enviado en un buque mercante un contenedor con un total de 75.904 libros donados y reutilizados que ha llegado este fin de semana a Honduras para ser repartidos en el Seminario de la capital, Tegucigalpa, y en escuelas rurales con varios miles de almunos, niños y jóvenes, integradas en asociaciones dedicadas a la enseñanza, entre ellas ACOES y Paso a Paso.
Este contenedor “tenía que haber llegado el día 23 de abril coincidiendo además con el Día Internacional del Libro, pero su salida se retrasó con motivo de la pandemia y llegó a Honduras este sábado” como asegura su coordinador en Valencia Francisco Tébar .
Igualmente, tienen preparado otro contenedor para enviar una vez finalice el confinamiento a la Universidad Católica de Lima, en Perú, donde se encuentra el misionero valenciano César Buendía.
Recientemente, la Biblioteca Solidaria Misionera ha enviado más de 40.000 libros a la red de escuelas “Fe y Alegría”, movimiento de educación popular y promoción social vinculado a los Jesuitas, de Paraguay, así como al albergue de ex reclusos “Virgen de la Merced”.
Igualmente, han distribuido libros a Filipinas, Camerún, Angola, Albania y todos los países iberoamericanos, e incluso un cargamento de medicamentos a Venezuela.
La Biblioteca, que pertenece a la Fundación Padre Juan Schenk, desarrolla su labor gracias a una veintena de voluntarios pero ahora, con motivo del estado de alarma, se encuentran confinados. “Sin ellos no podemos desempeñar nuestra labor porque el envío requiere un trabajo previo de clasificación de los libros, tanto en la nave que tenemos en Alaquàs como en la sede de Valencia, en un piso cedido por una donante”, ha explicado Francisco Tébar.
Así, el envío de Honduras ha podido efectuarse porque fue preparado antes del confinamiento, asegura. En la actualidad, la nave de Alaquás, de 1.300 metros cuadrados de superficie, cedida por el colegio La Salle de Paterna alberga cerca de 300.000 libros, “con los que podríamos llenar 10 contenedores», según Tébar, que destaca la importancia de esta labor con la que “reciclamos un caudal de cultura impresionante” que llega a países con “mucha necesidad, donde las escuelas carecen de bibliotecas y las familias no pueden comprar libros a sus niños”. De ahí, el lema de la Blibioteca Solidaria, «Cultura contra la pobreza».
Desde la Biblioteca han recordado la necesidad que tienen tanto de voluntarios como de aportaciones económicas, ya que “no contamos con ninguna subvención”, y han destacado que, además, “estas ayudas se pueden desgravar de la declaración de la Renta”. También se puede colaborar cediendo espacios para rastrillos solidarios, como el último que se efectuó el pasado 5 de marzo en la Escuela Oficial de Idiomas, de Valencia, antes de entrar en vigor el estado de alama.
La entidad fue creada por amigos del sacerdote valenciano Juan Eduardo Schenk, fallecido en 2001, año en el que la Biblioteca comenzó su andadura con la colaboración del instituto secular Lumen Christi, fundado por él. Las personas interesadas pueden consultar la web www.padrejuan.org, mandar un correo electrónico a la dirección fundacionpadrejuan@gmail.com. o llamar al teléfono 610299730