La Biblioteca Solidaria, que recoge y envía libros y material escolar a Latinoamérica, necesita fondos y voluntarios

Creada en 2001, la Biblioteca Solidaria Misionera ha impulsado, desde Valencia, archivos en países como Cuba, Venezuela, Perú o Angola, con más de 350.000 libros repartidos. Su trabajo «didáctico y humanitario» ha sido reconocido por el Consejo Pontificio de Cultura del Vaticano.
-¿Qué labor realizan?
-Con el lema ‘Cultura contra pobreza’ nuestra fundación se dedica a la recepción y envío gratuito de libros, gafas y material escolar, principalmente a Hispanoamérica.
«Buscamos coches solidarios para hacer de lanzadera entre las sedes»

-¿Qué proyectos desarrollan actualmente?
-Acaban de salir del puerto de Valencia 17.805 libros con destino a ocho escuelas rurales, dos urbanas y un centro de formación profesional de Nicaragua. Y en camino, vía Italia, 604 libros para Albania. Ahora preparamos sendos envíos a Camerún, Angola, Filipinas, Argentina, Venezuela o Río de Janeiro.
-¿Qué necesidades tienen en este momento?
-Nuestra fundación financia el transporte marítimo desde Valencia al puerto de destino. No teniendo subvención de ninguna clase necesitamos ayuda económica. La captación de recursos, siempre insuficientes, nos obliga a promover rastrillos del libro solidario en parroquias y facultades universitarias. Otra necesidad imperiosa es la de voluntariado informático, para agilizar los trámites aduaneros; coches solidarios para hacer de lanzadera entre las sedes de la calle Industria en Valencia y Alaquás, la nave de donde salen todos los envíos; voluntarios para ampliar el actual horario y así dar salida más rápida a los casi 400.000 libros que tenemos entre las dos sedes. También locales cedidos en Valencia para facilitar la recogida y evitar que muchas toneladas de libros vayan al contenedor de reciclaje de papel.
-¿Qué papel tienen los laicos en la sociedad?
-Dar testimonio de su fe en medio de la sociedad, preferentemente de forma asociada. Siendo el amor creativo y las necesidades de toda índole ingentes, es un imperativo moral arrimar el hombro, vivir un cristianismo de salida en búsqueda de ese hermano que está esperando su ayuda. En definitiva, ser coherentes con los principios que confiesan siendo levadura, fermento y luz en medio de esta sociedad secularizada, y esperanza para tantísima gente marginada y hambrienta de pan, cultura y sentido.
-¿Cómo se implica a la gente en labores solidarias?
-Una cuestión básica es la formación. La motivación suele ser interior pero también es cierto que muchos necesita que se le ofrezcan banderines de enganche, retos, proyectos que ilusionen… No siempre el ejemplo arrastra pero es insustituible.

Fuente: Las provincias